Un juego del que llaman la atención su modo campaña, un sistema de combate original y sus preciosas losetas de terreno, pero demasiado caro para traer el set de miniaturas de más difícil montaje de la historia de los juegos de tablero, y con una calidad final que requerirá las dotes de un experto para conseguir un resultado acorde con el resto de componentes.
Es algo que gustará a los más aficionados al montaje, pintado y costumizado de minis, y aún así, la calidad es inferior a la del tipo de miniaturas en las que suele invertir su tiempo un experto en estas lides.
Quizá su muy bien criticado sistema de mazmorreo y lo, insisto, bello y original de sus losetas, compense este inconveniente de las minis. Yo por mi parte creo que voy a esperar a una segunda edición en la que vengan montadas.Nota a día 8 de febrero: Parece ser además que en el apartado de rejugabilidad el juego patina un poco.
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